8 de abril

8 de abril

Señor celestial,
tú que lloras al otro lado del cielo,
te ofrezco mis lamentos
que no por ser diarios
dejan de ser sinceros;
mas,
no permitas que aquellos
que conocen de miserias
sufran de culpa;
te ofrezco mi dolor
que no por ser ufano
es fútil,
en favor
de los mártires olvidados;
te ofrezco mi vano llanto
a cambio
del consuelo de los inocentes;
te ofrendo mis faltas
por el amparo
de los ausentes;
te dedico mis dudas
por que no falte nunca
en nadie la fe;
te regalo mis viejos rosarios
deseando
alguien más pueda encontrar en ti
el amor que perdí,
y siempre me ofreciste.