Pésame
Pésame
Empeñé mi inservible corazón de cuerda
al refugio de los afligidos,
y aposté mi fe a un Dios adicto de sacrificios
a que vuestro cariño ganaría,
y osarías vivir una vida a mi lado;
mas, pronto vi perdido todo,
ni siquiera el pecado es lo mismo,
sabiendo que existe un paraíso.
Ahora veo
que aquél rezo viejo
tenía razón:
Pésame, Dios mío,
y me arrepiento de todo corazón...,
por el cielo que perdí
y el infierno que merecí.
Comentarios
Publicar un comentario