Flor de Otoño

Flor de Otoño
A Leyda Estrada, con el mayor cariño que un desconocido puede ofrecer.

Gozaba ufana la muerte
el usual eco doliente
de su mundano laurel,
rezos de un devoto diario
de los siniestros milagros
de una virgen de misterios 
coronada; mas, llegada
de su próxima velada
la hora, la señora de los
últimos amores, vio,
conmovida, aquel candor
que ornaba a una dama leda
de su estrada; y, obnubilada,
a tal humana esperanza
ofreció asilo y cariño.

Afligida por desdén
perenne de su mujer
estimada, cierta noche
otoñal, marchose,
sembrando en su andar 
los luceros 
de su tristeza
por esa cálida tierra 
que vio nacer
a tan afable alma;
deseando
jamás fuese despreciado
el amor de los muertos.

Comentarios

Entradas populares