Sin nombre
Sin nombre
Cargo en mí,
la piedad lóbrega
que atiende
el llanto de tu dolor que ignoras;
triste mirada hechicera
que me esclaviza a tu memoria,
condena de añoranzas,
amor frustrado
por las caricias de una dicha ajena;
compadezco, en el trinar ignoto
de las aves ciegas,
la desgracia que te aprisiona,
mujer acogedora de soledades;
y, lloro,
en presencia
del Sol fenecido,
al sentir que ni en tu silencio confidente
eres libre de ti.
En mis sueños lunares
se evoca tu sombra
transida
por las lágrimas luminosas
de los días.
Lamento que hoy
seas tú.
Comentarios
Publicar un comentario