Milagro

Milagro

Dios huraño me condenó
tras descubrir,
que a menudo,
profano sus mandamientos:
con castigo severo comienzo
a comprender el valor del juramento.

Prometí enmarcarte en un recuerdo;
mas,
cada tarde, deshonro mi palabra, y pretendo
cruzarme con el consuelo de tus nocturnos misterios;
tu nombre nunca lo aprendí,
y creo jamás habré de pronunciarlo;
sospecho que así,
Dios me enseña el valor del milagro.

Comentarios

Entradas populares