Fracaso
Fracaso
Llegado el momento;
menester me será declarar
que, en toda mi ausencia, me doctoré en tristeza,
con objeto de estudio de escrudiñar el alma,
desevelando,
con desespero, su arcano lenguaje;
inspirado, por una mirada profesante
de un Dios muerto,
redentora de un desolado marinero
que no encontró mejor consuelo que en su soledad;
y, supóngome, no podré resistirme
en ufanar
mi fracaso;
protestando,
saber que Cristo no fue Dios sino humano;
y, que el único pecado de su infelice hermano
fue soñar.
No pondré objeción alguna
de cara a la levedad de mi empresa;
mas, si por sorpresa,
algunos pocos curiosos
pregúntanme si presento interés en el corazón;
lloraré,
guardando, en silencio, la pena
de quien recuerda
algo que perdió.
Comentarios
Publicar un comentario