Emigrante
Emigrante
Desgraciado peregrino, esclavo inocuo del fatídico hado,
hálito fúnebre de Dios;
insospechado mártir condenado al suicidio
a cambio de una esperanza,
inclemente trueque funesto
sellado con las lágrimas de un sueño;
infausta golondrina ausente de lengua,
desvalida por los escombros de su voluntad,
impoluto criminal
religioso de su propia fe;
perenne viandante forastero,
fantasma vagaroso
que deambula en los umbrosos ojos de la muerte
aún en búsqueda de su paraíso;
recuerdo de una falta, abandonado por compasión;
heraldo aherrojado en los versos de Cristo,
epitafios de una inefable pasión.
Doblan las campanas su llanto
en las tinieblas de un silencio inhóspito;
palabra de pena mundana
que el cielo no comprende;
deceso de mendigo de cariño
que el mundo
ignora.
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