Tu nombre

Tu nombre

Mujer de mirar otoñal,
dime si tu corazón
aún pretende el amor de la luna;
si el diablo aún solloza
en tus labios;
si Cristo
aún te escribe románticas epístolas
que amenazan
con su suicido.

Dime, céfiro de sueños rotos,
si aún por tus ojos
hay mísero alguno
que ofrende su voz;
si por tus palabras
aún el cielo aguarda
su llanto;
si Dios
ante tu olvido
ha desistido,
si ha aprendido a llorar.

Dime,
predicadora de perniciosos consuelos,
si el alma no perturba tus sueños;
si Octubre aún te visita;
si la muerte, por sus faltas, no te culpa.

Dime,
jilguero esclavo de su talento;
si aún cantas, por caridad, a tus anhelos,
si has aprendido hablar con tus sentimientos,
si has aprendido a escribir tus lamentos.

Comentarios

Entradas populares