Gracias: Año 2

Gracias: Año 2

Voz indolente, atiende el llanto de mi súplica;
y sé tú
quien dé sentido a este sufrir;
hurta palabras si te es menester;
mas, profiere
la pena
de sus pulsos umbrosos;
propala la culpa del mercader adolecido,
que vive de tristezas,
que desertó del soñar
desamparando su fe.

Congoja perenne de preferido virtuoso,
condena luctuosa 
de misionero de la voluntad.

Ofrenda perniciosa,
disculpas mudas
que entenebrecen el corazón.

Ciegos rezos nocturnos
que tan sólo nacieron
para el olvido.

Mercader de tristezas
desconsolado
que recuerda que incluso Cristo fue un fracasado.

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