Reminiscencia

Reminiscencia

El desolado canto de un insomne bardo,
acusome de abandonar algo,
sus lacios versos 
por mi alma preguntaron;
respondiole mi silencio:
perdida su fe en que algún día le salvara,
marchose una noche
tras el eco de alguna otra plegaria.

El aciago canto de un desconocido bardo
acusome de haber perdido algo,
sus sombríos versos
de mi corazón se acordaron;
respondiole mi llanto,
ofrecíselo a la infausta mirada
de un otoño
que imploraba la caridad 
de un consuelo.

El nocturno canto de un lóbrego bardo
acusome de asesino;
sus mohínos versos 
entre los sollozos de mis lamentos,
por la voz de Cristo,
y su concento de rezos
de contrición,
por ser 
la mal correspondida esperanza
de Dios,
buscaron.

Apiadose de mi pena el abatido bardo,
y dedicome la tristeza 
de sus versos;
y su canto dejó de ser bello,
pues en sus célicas rimas
navegaba
una mentira;
engañé a mi alma por la soledad,
mi corazón me fue arrobado
por el encanto 
de un Abril;
de Dios, la esperanza
nunca fui.

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