Ven por mí

Ven por mí

Ven por mí, muerte,
o ¿es acaso 
que de mí te has olvidado?

Por tu consuelo aún clama 
el llanto
de un sueño 
que es incapaz de dormir;
a la voz de tu perdón 
aún se rinden
las nocturnas disculpas
de un inválido corazón sin porvenir;
por ti,
las lunas aún rezan
los lamentos del diablo.

Ven por mí,
muerte;
apresúrate en socorrerme,
que Cristo aún tiene frío,
y gime de dolor;
que su silencio comienzo a olvidar;
que aún añoro la piedad
de su soledad,
diciendo:
yo también morí
en vano.

Comentarios

Entradas populares