Hombre transido

Hombre transido

Creí haberlo conocido,
haber visto con sus ojos,
escuchado su voz;
comprender la razón de sus mentiras,
la pena que aguarda su sombría sonrisa,
la penitencia
que reza
su adolecido corazón.

Creí haberlo conocido,
al hombre transido, errabundo cativo, 
asolado,
perdido de sí mismo;
en cuyo fúnebre mirar descansa
el recuerdo de una esperanza;
y cuyos labios
sellaron
el lamento de sus palabras.

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