Mi mano y yo no congeniamos
Mi mano y yo no congeniamos
Mi mano y yo no congeniamos,
yo quisiera de mi alma
desahogar el llanto,
confesar mis penas;
y, sin embargo,
ella pareciera ignorarlo,
no conocerlas.
Ésta mano,
que en antaño,
de sueños ajenos hiciera
motivos para seguir danzando;
ahora,
todo lo ha perdido
y poco recuerda;
pues, en su mísera consciencia
yace, se encuentra,
una tétrica dignidad,
suicida voluntad
de muertas esperanzas,
que se han reservado la lástima
de continuar la vida.
Ésta mano
y yo,
no congeniamos;
ella ha aprendido a olvidar;
suelo pensar
que no es mía.
Comentarios
Publicar un comentario