Tarde de un otoño artificial
Tarde de un otoño artificial
Vagarosa va mi pena ciega
en búsqueda de un consuelo,
perdida
en los brazos de las tardes aciagas
de un otoño artificial.
De sus tristezas se ampara
la lluvia
del furtivo dolor
de un escozor
que recuerda la ausencia de una soledad.
Errabunda, viaja mi miseria
por las barahúndas
de un neblinoso sentimiento;
implorando a una esperanza,
algún consejo
que le permita olvidar.
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