Pena de un cielo
Pena de un cielo
El cielo destierra el llanto de un mohíno ángel,
por motivo del egoísmo de Dios;
los límpidos pétalos de sus lágrimas descienden
con temor.
Dios silencia el canto de un ángel,
pues su trinar
entristecería el paraíso;
el silencio de su pena ofrenda
un inocente, fatuo perdón;
el latido fantasma de su ceniciento corazón,
tributa el dolor a un amor olvidado,
palabras mudas a unos ojos ciegos,
sonatas a sordas almas.
En el cielo se entona
el silencio de un suplicio profano;
el llanto de una memoria sin recuerdos,
la miseria de un ángel
por el abismo que dejaron los candorosos besos
de unos labios mundanos.
El viento se apiada de su tormento,
con cálidos suspiros
da auxilio
a sus inválidas, mortecinas golondrinas blancas.
Descienden de un infierno
las lágrimas de un sueño,
con la esperanza
de encontrar, de nuevo, a su amor.
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