Tú y mis sueños

Tú y mis sueños

El sueño de mí

no se apiada,

ante cada luna 

me ofrece la compañía de 

tu neblinoso recuerdo,

tras cada alba

me arroba la dicha,

haciéndome su mísero prisionero.

Te soñé de nuevo,

eras distinta,

al igual que tras el último silencio;

permanecías

distante, ausente, fría.

Mis pensamientos

habían perdido sus rosas de celestes versos 

de ofrenda.

Pronto olvidé recordar

todas las palabras

de las charlas entre 

yo y tu memoria.

No sonreías,

y pese a ello,

fulguraba tu felicidad.

Ayer te soñé,

al igual que otros días;

éramos distintos,

te hablaba,

y me atendías,

sin compasiones,

sin tristezas,

como dos extraños que se olvidan.

Pensé en pedirte un milagro,

mas no deseaba se esfumara

el momento.

Ahora porfío,

discuto, con mi silencio,

respecto a mi próximo sueño;

respecto a si seré capaz de pedirte

que te marches.