Huraño
Huraño
Habita el ápice
de esa gélida, desolada montaña;
permite que te abrace
su cálido hálito
de soledad.
Habita el silencioso,
ciego, triste fondo
del mar;
permite que tus lágrimas consuele,
que su vacío te acompañe.
Habita la ruina
de esa lúgubre memoria;
permite que su amor
no fenezca sin esperanza,
que encuentre la voz desesperada
de tu piedad.
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