Desprecio

Desprecio

Pavoroso, desgarrador, tormentoso
es el acto del leal amor;
incomprensible, odiado, triste,
es discernir la voz 
de las plegarias, de los agravios;
hiriente, adicto, 
el apreciar el calor de las venias
sin sufrir por las ardientes compasiones;
amedrentador, lacerante,
el hablar sin exponerse,
sin lastimar.

El temor domina,
lágrimas de silencio brotan,
el recuerdo de un extraño reflejo
se disipa;
su mirar pertenece al universo, 
a cualquier vida,
a excepción de la mía.
Su mirar lastima, condena, reprime, castiga;
misericordia, piedad,
exclama, pregona, el mío,
mas sus pupilas no resarcen la limosna de caridad.
Su voz calla,
abruma, agobia, deprime.
-No es mía la culpa,
juro hice lo que pude;
deseé ser más,
anhelé al paraíso besar;
lo juro,
lo intenté mil veces,
mas el célico sueño no aprecia
al noble, mundano sufrir.-
La eterna penumbra de su vacío desnuda.
-Lo sé, lo lamento.
Indigno soy de todo lo que existe,
de lo imaginario,
de lo inconcebible.
He perdido todo decoro
ante el benévolo derecho
de soñar, vivir, sufrir.
Sembré con devoción, ahínco, esmero,
que llegase pronto el momento
en que la eternidad me tomara
entre sus suaves brazos
y susurrara afables, placenteros consuelos;
que calmase todo llanto;
borrase todo mal recuerdo;
para disfrutar el bondadoso letargo.
Lo intenté, me esforcé
por ser igual a ellos,
ser su retrato,
su igual,
su similar,
recibir afecto;
mas ahora, incluso,
me veo ante el desprecio del olvido.
Lo intenté y lo seguiré haciendo,
mientras los cortesanos suspiros
me lo permitan.
Mas no se me odie por desconocer el amar,
tan sólo, capaz fui
de interpretar el mundo
con los candorosos susurros de mi mirar.
No se me juzgue de cobarde ni gallardo,
tan sólo cumplo la condena
por el haber desafiado 
al silencio de Dios
con el mío.

Comienza el diluvio.
Su figura se desvanece ante
una bruma de remordimientos.
Los sollozos le imploran que regrese.
Regresará, mas se desconoce el momento.

Comentarios

Entradas populares