Despedida

Despedida

A Andrea Morón

"Me mentí al pensar que buscaba un poema, cuando, en realidad, tan sólo iba tras de ti".


Miente el reloj al marcar horas desde el
momento en que la realidad murió,
bautizándose recuerdo,
siendo sólo mohínos suspiros
que lloran neblinas de melancolía,
por la memoria de afables ayeres que partieron.

Miente la soledad por compasión
hacia su amor;
pretendiendo brindar consuelo,
narrando la fábula de un
desdichado forajido 
que todo había perdido, 
incluso así mismo;
siendo guiado por el dolor,
fruto de una lacerante aurora
de un fatuo sueño;
prometiéndole encontrar
el cariño, calor, bondad,
de un tímido, límpido, célico Abril
escondido tras los brazos de
un austero, mezquino, feral, lascivo Invierno.
Vagando por los lúgubres dédalos 
de longevas vidas,
por los ocres pasillos 
de adictas esperanzas.

Contemplé en la penumbra de tu pupila,
el nacer de un añil,
y el florecer de sus azules pétalos;
magna era su hermosura,
que ni tus labios de candorosas
intenciones, capaces de describirlo fueron.
Pese a ello,
en las postales que dedicaban tus palabras,
se apreciaban 
los trazos suaves
de una gentil lluvia otoñal,
la alegría del llorar,
la noble elegía a un inefable sentimiento.
Anhelaba mi espíritu
resarcir con versos,
mas mi errante, huraño, deleznable silencio
guardó respeto a 
tu confesión, testamento de sinceridad.
Mas, rezo por el que tu mirar
haya logrado lincear
lo que el mío propalaba,
las lágrimas furtivas
de mi silencio por retraerse
de proferir.

Raudo fue tu caminar hacia a mí.
Converso con el silencio
y nos preguntamos:
¿qué hubiese pasado
si no me hubieses encontrado?,
¿si el azar no nos hubiese reunido,
qué sería de ti,
de mí?

Gracias por todo.- mencionaron tus labios,
mas no comprendí.

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