Conversación con un desconocido


Conversación con un desconocido

Regresa aun después de todo, rindiendo tributo a sus costumbres; regresa aun habiendo jurado con sumo remordimiento, su eterna ausencia; regresa, guardando lealtad a su esencia; regresa, puesto que desconoce cualquier otro camino.

Sus visitaciones desconocen el tiempo; sin embargo, siempre trae consigo compañía. En ocasiones llega tras la despedida del sol, en otras, éste es quien le guía; resultan pocas las oportunidades en que el alba le toma de su brazo, considero su verdadera amante es la distante, vacía, fría luna.

Algunos afables días se encargan de desteñir el retrato de su recuerdo, en las ventanas empañadas de mis pensamientos; mas siempre me mantengo frente a éstas, en víspera de su llegada. Su presencia nunca me resulta sorpresa, dado que sé, tarde o temprano arribará.

Su camino es anunciado por la sonata de disconformes vientos, por suspiros gélidos que inertes dejan a los sentimientos, por neblinas que torturan impidiendo apreciar, confrontar, el sortilegio llamado porvenir. 

Cuando los recuerdos decantan un mal presagio, mi espíritu emprende la vacua empresa de empoderarse con todo brío posible, siendo las pocas cenizas de éstas, esfumadas tras escuchar las profundas, firmes, penetrantes notas de sus pasos.

En ocasiones me es grato contar con su compañía; en otras, me provoca un incontrolable hastío; en algunas la indiferencia posee mi espíritu; mas, resulta la tristeza ser siempre quien me gobierna.

Mientras más tiempo nos entrelaza, más desconocido me resulta. Al ser su ausencia quien me acompaña, concibo una vaga empatía, creyendo, absurdamente, comprenderlo un poco.

Su mirada triste ya no implora compasión, sino tan solo refleja un sentimiento longevo de rencor.

Mis pensamientos rezan siempre una letanía silenciosa de apología, al saber lo incompetente que soy, al siempre decepcionarlo.

Me avergüenzas- dijo.

Lo sé- respondió mi silencio.

Cuánto le avergonzaré por lo que hago, cuánto más por no ser lo suficientemente bueno como para siquiera hacerlo bien.

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