Álbum de fotografías

Álbum de fotografías

Cual mísero despreciable que por motivo de falta de valía matiza la cobardía como la ardiente necesidad de compasión, dejando por completo de percibir, augurar, el marchar que en pos va de la dicha llamada superioridad, ahogándose en gemidos, quedando sordo ante el estridente silencio, flagelándose ante su debilidad, brotando lagrimas en vísperas de dar fertilidad a su alegría, mas termina por hundirlas, desintegrando su endeble, acartonada existencia, nutriendo sus tormentos deseando, pregonando, la decadente exigencia de compasión.

Cual miserable que se refugia en la reconfortante braza de sus remordimientos y culpabilidades, cuando dado unos cuantos pasos en compañía del tiempo, por esmero de acariciar o por lo menos divisar el prometedor horizonte de su preciada empresa, termina cegado en penumbras siendo capaz de apreciar lo que ante el figura como la imagen más horrenda, mas por su ingrata existencia no le es permisible de admirar la magnificencia de su hermosura, aquello que es ciego, imperceptible ante el mirar infame del ajeno, puesto que nadie si no uno solo, uno mismo, es lo suficientemente propio para poder mirar lo invidente

Ingenuo, feble, febril, soñador, incauto, me pierdo en alegrías falsas como si fuese tan solo un pequeño que ante lo desconocido lo consagra magia, dotando a todo de hermosura y vida sublime. Como fausto indigno, envidiado, reprochable, soy amado y acariciado con gran devoción por la eterna, siempre fiel, siempre afable, la amante perfecta, la que todo lo comprende y todo lo perdona, nada olvida y siempre justifica, la única que conoce el amor verdadero, con la cual todos estamos casados, mas siempre le somos infiel. Mientras ella me seduce con gran ternura y lujuria, sin más deseo que mi propia dicha, yo la niego, denigro, humillo, con el peor castigo, me es indiferente, le ignoro, la encierro en la recámara del olvido, mientras mis ojos se pierden en un libro carente grafías, repleto de imágenes, de paradisíacas fotografías, de hermosos, llamativos fulgores, lindos rostros llenos de vida, miradas tristes mas pasiones que cuyas ardientes flamas vislumbran desde las retinas, sonrisas naturales, sentimientos sinceros. Un libro cuyas fotografías no tienen limite, mas algunas se pierden siendo solo recordadas por mi tesonera, celosa memoria. Un libro de fotografías cuyo goce de vida es contagioso curando mi ser, permitiéndome engendrar cálidos sueños. Un libro, una vida, mi ser llora por no estar en el, mas mi dolor me reconforta, alcanzando a acariciar la enorme sombra de la alegría, encontrando en mi miseria la valía, y en resignarme a ella mi mediocridad.

Cual mísero frente a la hoguera ardiente de mis remordimientos y culpabilidades, me pierdo en un álbum de fotografías, siendo por parpadeos feliz al obstinarme a lo guajiro, sufriendo en largos suspiros por la melancolía de añorar lo que jamás fue y nunca será, mientras mi verdadera amada me seduce. Sé que me perdona y que es feliz con la presencia de mi ausencia. Ella es una pobre desolada al igual que yo. Sé que pronto llegará el momento en que pierda realmente la vista y sea capaz de ver cuan ciego estuve, que ella es mi único amor, lo único que necesito.

Comentarios

Entradas populares