Tercer epístola de Mundus: Apología de despedida
Tercer epístola de Mundus: Apología de despedida
“Lo intentamos amigo, tú estuviste excelente como siempre, yo… infame como de costumbre”
Doc.Mundus
“Perdone que me reserve su nombre pero no quiero manchar su pureza con la podredumbre de mi mediocridad”
Doc.Mundus
A la rubia que robó
mi corazón con descaro,
sin saberlo o siquiera, por
menos, haberlo notado.
Sí, ella, la de mirada
triste, que me ha consolado
aun y cuando sus fulgores
nunca en mí se han fijado.
Ella, la apasionada que
con cinismo va cantando,
con alegría y con fervor
el que Dios equivocado
siempre está, que realmente ella
es lo único añorado,
la única perfección,
ella es el único faro
de esperanza, el único
guiar de voluntad, sin trato
alguno más que alcanzar la
dicha que procrea el soñado
pensamiento que algún día,
la vida del desdichado
con la suya se tejerá.
Con la soledad cortando
lazos de compañía, y al
amanecer encarando.
A ella, la linda y perversa
criatura, que hace cercano
en su presencia al paraíso
y al infierno frecuentado
con su recuerdo. A la diosa,
que se ha estado alimentado,
durante las frías noches,
con las lágrimas que han creado,
mis letanías que solo
ante el silencio han gritado.
A la rubia de cabellos
negros que me ha enamorado
almenos dos ocasiones,
la primera: hace un par de años
o más, cuando rubia no era.
A ella, que ahora he renunciado
por segunda ocasión, al
verse mi ser reflejado
en su resplandor, dándome
cuenta de lo desdichado
que soy por mi mediocridad,
que para ella el indicado
no soy. A ella, que durante
albas, luces regaló
a mis tinieblas, haciendo,
sublimando, cada acto.
A la alegre rubia, con la
cual una vida he soñado
y he tenido en los difusos
recuerdos, esos nublados
momentos que brillan por su
calidez, que anestesiado
el dolor dejan, ardiendo
torturando y atormentando.
A ella, dedico mis versos
mediocres, atropellados,
errantes. A ella, dedico
mi mejor mentira, y aunado
mi mejor deseo, puesto que
si digo que he renunciado
habré mentido, ya que al alba
en mi memoria evocado
se encontrará su recuerdo,
y me encontraré deseando,
que por amor muera y sufra,
al igual como yo lo he estado,
pero a diferencia mía,
su sufrir recompensado
sea, solo así podré saber
que ha vivido, y nada en vano
ha sido. A ella, la rubia que
mi corazón con descaro
robó, ofrezco, con deseo
de que mi ser perdonado
sea, la más noble y sincera
de mis disculpas, deseando...
me perdone algún día por
ser,… ser...demasiado... humano.
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